Si has llegado hasta este post, te recomendamos leer la primera parte, dedicada íntegramente a la ciudad de Tarazona. Hoy hablaremos de otros enclaves de su comarca, para que redondees tu escapada por las faldas del Moncayo en un viaje lleno de leyendas y sensaciones.
Imprescindible la visita al Monasterio de Veruela, uno de los grandes monasterios aragoneses. Está muy cerca de Tarazona, y su entrada es gratuita. Además de conocer un buen ejemplo de cenobio cisterciense, con vestigios interesantes de policromías, alabastros y enterramientos, sus diferentes espacios albergan una sala dedicada a los hemanos Bécquer, y un intereseante museo dedicado al vino. Un ejemplo de adaptación a través de la propia historia del monumento a los nuevos tiempos.
Como lo visitamos un día entre semana, estábamos solos, y pudimos recorrerlo tranquilamente, al detalle y en silencio.
El singular pueblo de Trasmoz, su castillo y su peculiar relación con las brujas nos acogieron con un aire frío y poco amigable, por lo que estuvimos lo justo para hacer unas fotos. Por cierto, si os interesa el tema de la brujería como hecho histórico, os recomendamos el libro La mala semilla, de Carlos Garcés, y editado por Tropo Editores. No os dejará indiferentes.
También visitamos el yacimiento arqueológico de Orduña y la cueva de Caco, en la localidad de Los Fayos. De nuevo, historia y leyendas se entremezclaban con los pueblos y sus gentes, amables esta vez, en un punto en el que se difuminan las líneas entre lo verdadero y lo mitológico, en las raíces de nuestros orígenes, dejando siempre la sensación extraña de no saber con certeza hasta donde creer y a partir de donde imaginar.